Seguro que más de una vez has escuchado aquello de: los videojuegos entran por los ojos. ¡Y no les falta razón! En la época dorada de los videojuegos en España, el arte de los videojuegos cobró una importancia vital, ya que las pantallas pixeladas de estos dejaban todo el trabajo de ambientación a la imaginación del jugador, y las portadas de grandes artistas se convirtieron en el vehículo principal de venta. Ahí empezaron a conocerse nombres como Bob Wakelin o Boris Vallejo.
Los ilustradores nacionales
En España aparecieron artistas como Alfonso Azpiri, que nos hizo soñar con mundos fantásticos en muchos de los títulos publicados en nuestro país, sobre todo por la compañía Dinamic. Ahora es casi imposible separar su nombre de los videojuegos.


Otro tanto ocurre con Luis Royo, que a pesar de contar con una notable trayectoria artística nos dejó con algunas de las portadas más icónicas de la historia. Por ejemplo, la de Game Over, que produjo algún quebradero de cabeza fuera de nuestras fronteras porque no estaban acostumbrados al arte “excesivamente sugerente”.


Del cómic al videojuego
También hay videojuegos que directamente han optado por hacerlo al revés, aprovechar personajes famosos de cómic para presentarlos a un nuevo tipo de público. Los más famosos son, sin duda, Mortadelo y Filemón de Francisco Ibañez, presentes en todo tipo de géneros y candidatos a reaparecer en nuevas aventuras. Otro personaje bastante conocido es Blacksad, el gato antropomorfo de Juanjo Guarnido, que en los últimos años ha dado el salto a las aventuras gráficas.




El artista en la actualidad
En la actualidad, estos artistas pasan más desapercibidos, ya que los propios videojuegos en movimiento son visualmente muy potentes. Lorena Azpiri, la hija de Alfonso Azpiri, ha dado algunos pasos en el mundo de los videojuegos, aunque todavía lejos de las hazañas de su padre. Y videojuegos con portadas tan llamativas como Blasphemous, ni siquiera se molestan en publicitar a un diseñador como se hacía hace 30 años, y su volumen de trabajo tampoco es igual


No sabemos cómo será el arte de los videojuegos dentro de diez años, pero como bien saben muchos de nuestros socios que se dedican a la formación o producción, la visión particular de un artista es algo que siempre le un valor especial en el futuro. Estaremos allí para verlo.