La capital de España ha vuelto a demostrar que está preparada para acoger los grandes hitos internacionales del sector del videojuego y los deportes electrónicos. En un intensísimo fin de semana, Madrid se convirtió en el epicentro del gaming europeo gracias a un apretado calendario de actividades que congregó a miles de aficionados y situó a la ciudad en el foco de la escena competitiva mundial.
El gran protagonista fue la LEC de League of Legends, organizada por primera vez en la Caja Mágica. La cita, impulsada por Riot Games, desplegó un montaje a la altura de los mejores campeonatos internacionales, con producción y experiencia de público que marcaron un estándar de calidad. En el ámbito local, la ejecución recayó en compañías con una larga trayectoria en la industria del entretenimiento digital: Last Lap y Ziran, que demostraron una vez más su solvencia a la hora de gestionar eventos de gran envergadura.

El apoyo institucional también jugó un papel decisivo. Desde la sede de Madrid in Game, el alcalde José Luis Martínez-Almeida y el concejal de Innovación, Ángel Niño, participaron en un acto de bienvenida que subrayó la importancia de este tipo de iniciativas para la proyección internacional de la ciudad. Ambos dirigentes destacaron cómo el videojuego y los eSports son motores de innovación y un eje clave en la estrategia de posicionamiento global de Madrid.
La experiencia se extendió más allá de los recintos competitivos. En pleno corazón de la capital, Plaza de España acogió una exposición abierta y gratuita dedicada al universo de League of Legends. Allí, centenares de personas hicieron cola antes de la apertura de puertas para sumergirse en la cultura del juego. Miles de visitantes, entre seguidores y curiosos, pudieron conocer de cerca la riqueza creativa y estética de un título que ha marcado a toda una generación.

El broche final lo puso la vibrante gran final en la Caja Mágica, donde Movistar KOI y G2 Esports ofrecieron un espectáculo a la altura de las expectativas. La energía de la grada y la entrega de los equipos convirtieron el evento en una celebración compartida de la pasión y la capacidad de Madrid para atraer a los mejores.

Este fin de semana marca un punto de inflexión: Madrid no solo ha albergado una cita histórica, sino que ha demostrado que la ciudad y su ecosistema están preparados para liderar la nueva era de los videojuegos y los eSports en Europa.