Del cartucho al clic: la evolución del formato de los videojuegos

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Uno de los candidatos al GOTY, Doom: The Dark Ages, no solo despierta el recuerdo de uno de los títulos más influyentes de todos los tiempos, sino que es otra oportunidad que la actualidad nos brinda para reflexionar sobre un cambio fundamental en la forma en que accedemos a los videojuegos: el paso del formato físico al digital.

En los años 80 y 90, la experiencia comenzaba con lo que ahora llamamos ‘unboxing’: cintas, cartuchos, CDs, manuales… todo formaba parte del ritual, hasta el olor de una caja abierta por primera vez. El soporte físico era la única vía de distribución imaginable y, a veces, un preciado objeto de colección. Con la llegada del DVD, el Blu-ray o formatos propietarios como el UMD de PSP, esa tendencia se mantuvo con mejoras en capacidad y presentación, pero sin alterar la tradición.

Pero desde que llegaron las conexiones de banda ancha y las tiendas digitales cambió todo. Incluso cuando compramos un juego en tienda, a día no es raro que el disco incluya solo una parte mínima del contenido, siendo necesaria una descarga posterior para poder jugar. El soporte físico se convierte ahí en una llave simbólica: una formalidad para nostálgicos más que un contenedor.

Hay razones técnicas, logísticas y comerciales que lo explican, y se puede resumir en que la distribución digital permite actualizaciones constantes, menor dependencia del stock físico y un acceso global inmediato. También ha favorecido la aparición de nuevos modelos de negocio, como los servicios de suscripción o los juegos como servicio, además de aquellos que requieren una conexión permanente.

Desde el Clúster del Videojuego de Madrid observamos este cambio como parte natural de la evolución del sector. Las tecnologías avanzan, los hábitos de consumo se transforman y la industria se adapta. El formato podrá cambiar, pero la experiencia del jugador sigue siendo el centro de todo. O debería.

Seguimos muy atentos a estas transformaciones, porque detrás de cada cambio de tendencia hay una oportunidad para innovar, conectar y seguir impulsando el ecosistema del videojuego en España.

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