Durante los últimos meses hemos presenciado un boom de la Inteligencia Artificial en todos los ámbitos. Aunque lo más compartido son memes de fotos estrafalarias de famosos no hay que olvidar que los videojuegos fueron pioneros en el uso de inteligencia artificial. Hemos presenciado la evolución de unos muñequitos que correteaban por pantalla a unos personajes respondones y críticos.
La nostalgia ochentera
En la época de los 8 bits se estaban estableciendo las bases de lo que serían los videojuegos en el futuro, y todavía lo siguen siendo, si no, preguntad a centros como UTad o Voxel School. La IA se programaba a base de algoritmos y, con mucha imaginación, aparecían hitos como los fantasmas del Pacman, o aventuras conversacionales donde había que escribir las acciones de tu personaje. Con este panorama no es de extrañar que el público se asombrara con Eliza, aunque nacido varios años antes, una aplicación que imitaba a un psicólogo y provocó que muchas personas se desahogaran contándole sus problemas como si fuera real.
La estrategia y análisis noventero
En los 90, aparecieron en PC algunos videojuegos de estrategia, como Command & Conquer, que podían barrernos al gestionar todo un ejército sin despeinarse. Es cierto que los programas de ajedrez ya lo hacían, pero en el tablero sólo había 32 piezas. Nada comparable a los cientos o miles de un videojuego.
El realismo de los 2000
Con los videojuegos en 3D, la inteligencia artificial tuvo que dar un pasito más para que los personajes parecieran un poco más reales y adaptarse a su entorno. En Halo, por ejemplo, los enemigos se cubren, se repliegan y se coordinan, algo que supuso un reto para el jugador de la época.
La vida en los mundos abiertos
Cuando despegaron los videojuegos de mundo abierto en la pasada década como GTA, o Red Dead Redemption, la exigencia de realismo alcanzó un nuevo nivel. Los personajes pudieron tener personalidad propia, trabajos, objetivos, y hasta la propia vida del entorno se regía por las reglas que dictaminaba la inteligencia artificial de su programación.
Una actualidad imprevisible
En tan sólo unos años la inteligencia artificial ha avanzado tanto que parece magia. Podemos ver que muchos videojuegos incluyen machine learning, o aprendizaje para adaptarse a los jugadores y ofrecerlos retos más ajustados a su habilidad. Y otros, que directamente incluyen sistemas como chatgpt entre sus características para ofrecer cosas distintas en cada partida. AI Dungeon ofrece infinitas historias escritas, y en Project Electric Sheep puedes hablar directamente con los personajes del juego.
No es de extrañar que veamos IAs como Copilot de Microsoft, o Aura de Telefónica, integradas de serie en los videojuegos del futuro. Este sector evoluciona rápido, integra con naturalidad las nuevas tecnologías y rebosa creatividad para hacer de estas algo increíble. En el Clúster de Videojuegos de Madrid no les perdemos la pista, porque sabemos que la próxima gran revolución interactiva podría estar gestándose en cualquier estudio, en cualquier esquina del mundo… o justo aquí, en casa.